sábado, 4 de febrero de 2017

MODELO DE RESPUESTA A LA PREGUNTA SOBRE UNA OBRA LEÍDA

Aunque estamos a punto de conocer el formato del examen de acceso a la universidad, todo parece indicar que va a ser muy parecido a los anteriores. Por ello, os doy un modelo de respuesta a la pregunta sobre una obra leída. En el próximo examen, la obra leída será, naturalmente, Historia de una escalera, así que tenéis que preparar una respuesta similar a ésta que redactó una alumna hace un par de años: 

El árbol de la ciencia, Pío Baroja, novela.


Baroja escribe esta novela en el año 1911. El desarrollo de la novela se sitúa en los años 90 del XIX, el periodo de juventud de Baroja y del protagonista, Hurtado. No es una obra autobiográfica, pero refleja en Andrés Hurtado (su “alter ego”) sus vivencias, inquietudes y preocupaciones.

Contexto histórico:

La propia novela es un retrato de la España de la época. Refleja la “ crisis de fin de siglo” que afectó a los intelectuales en el tránsito del XIX al XX. Entre los intelectuales de la época hay una gran decepción ante la sociedad y ante el estado burgués. Consideran que la alta política ha fracasado, pues es incapaz de responder ante las necesidades de la sociedad. Son personas cultas que no se identifican con ningún grupo en concreto. En este contexto, España pierde los restos del imperio ( Cuba y Filipinas) en el “ desastre” de 1898.
Se retrata una España colapsada, tal y como la ve Baroja. Es un retrato muy crítico, desengañado, realizado a partir de un sinfín de personajes que representan el panorama social, político y cultural. Destacamos los siguientes aspectos:  atraso científico (profesores que enseñan teorías absurdas, imposibilidad de investigar), el atraso de los pueblos y sus arcaicas divisiones (vecinos y personas más acomodadas como el protagonista , mala alimentación), el triunfo de aquellos que carecen de escrúpulos (Aracil y cómo despide a Montaner cuando ya no le interesa), preocupación de las  clases medias venidas a menos por la apariencia (madre de Lulú), la ignorancia de las clases sociales bajas ( vecinos de Lulú, Venancia y su opinión inmovilista acerca de los pobres y los ricos), así como la falta de voluntad para cambiar y la crueldad o la burla que caracterizan las relaciones humanas (el marido de la dueña de la casa de Alcolea en la que vive Andrés, que entrega un pajarillo a un gato y se ríe cuando éste lo mata; o la falta de sensibilidad en las prácticas con cadáveres). No obstante, la entrega a los demás resulta odiosa o repulsiva por ser antinatural (el monje-santón).
Se traslada al lector la impotencia de los autores del 98, que observan un panorama ante el que no les queda otro remedio que la inacción y la búsqueda de la ataraxia, que les permita mantenerse al margen.

Contexto literario:

La novela muestra la preocupación por España que marcó a la generación del 98. El anquilosamiento del país (Alcolea es un símbolo de ese estancamiento) motivó algunos intentos de reforma de varios miembros de la generación, entre ellos Baroja, en su juventud; aunque con el tiempo acabaron llegando a posturas desengañadas o escépticas. Esta presencia del tema de España no sólo está presente en la novela, sino también en la poesía (Campos de Castilla, de Machado) o los ensayos (Castilla, de Azorín).
Los temas existenciales, capitales para la generación del 98, están también muy presentes en esta novela. Andrés Hurtado, alter ego de Baroja, carece de fe religiosa y busca respuestas al sentido de la vida, a la crueldad del ser humano, además de preguntarse cuál debe ser la actitud ante la injusticia social (por ejemplo, ante situaciones como el maltrato que se le da a la anciana dueña del gato, o ante la falsa acusación de asesinato en Alcolea). Al no hallar respuestas en la ciencia, las busca en la filosofía, de la mano de su tío Iturrioz. Mediante esas conversaciones comprende que la reflexión, la inteligencia, sólo pueden traer la infelicidad al ser humano, de la misma manera que comer del “árbol de la ciencia del bien y del mal” supuso el destierro del Paraíso para Adán y Eva. Sólo en el aislamiento social encuentra Andrés Hurtado la paz, la ataraxia, cuando se encierra con Lulú, dedicado a un trabajo intelectual (la traducción, primero y la redacción, después, de trabajos científicos), pero sin relación con los demás. La muerte de ésta, junto con el niño que esperaban, rompe el equilibrio y provocan su suicidio.
Otras novelas del 98 con similares inquietudes existenciales son Niebla, o Amor y pedagogía,novelas de tipo ensayístico denominadas “nivolas”, de Unamuno; o La voluntad, de Azorín; o Camino de perfección, del propio Baroja.
La técnica novelística de Baroja se aleja de los procedimientos decimonónicos. La novela carece de un argumento cerrado y sus descripciones se componen de simples pinceladas. La trama está organizada mediante pequeños episodios, con múltiples personajes que aparecen en ocasiones una o dos veces (Lamela, Letamendi, etc.), y esto es así porque la novela refleja la vida, y ésta no tiene sentido,se rige por el azar.
El estilo de Baroja es aparentemente descuidado, detesta la retórica, y mediante los diálogos quiere retratar a los personajes, por lo que refleja diferentes niveles: los intelectuales de Iturrioz y Andrés, o los coloquiales de Lulú, su madre o los vecinos de éstas.