viernes, 30 de octubre de 2015

TEMA 2. EL ROMANTICISMO LITERARIO DEL SIGLO XIX (VERSIÓN BREVE).


CONTEXTO HISTÓRICO

                Tras la Guerra de la Independencia, España queda dividida en afrancesados, que apoyan la invasión y los que se oponen a la invasión extranjera. En 1812 se aprueba la Constitución, de signo liberal, en las Cortes de Cádiz, pero dos años después queda anulada al llegar al trono Fernando VII. Su reinado se abre con seis años de rígido absolutismo y continúa con un periodo liberal de tres años (1820-1823); pero de nuevo se restaura el poder real absoluto, periodo que durará hasta la muerte del monarca en 1833. El reinado de Fernando VII obligó a muchos intelectuales liberales a huir a Francia o a Inglaterra, hecho también de gran trascendencia pues a su regreso trajeron consigo las nuevas ideas y tendencias culturales que estaban cuajando en Europa.

Durante la minoría de edad de Isabel II (1833-1843), asume la Regencia su madre, María Cristina. En este periodo se dan los primeros pasos hacia la instauración de un régimen liberal y comienzan a regresar los liberales exiliados. El reinado de Isabel II (1843-1868) fue perturbado por las Guerras carlistas, que enfrentaron a los conservadores o carlistas y los liberales, y que ensangrentaron el país y ralentizaron el progreso. En su conjunto, el reinado de Isabel II fue una etapa de rápido desarrollo económico y de afianzamiento de la burguesía.

 

EL ROMANTICISMO

El tuvo su origen en la Alemania del siglo XVIII ( “Sturm und drang”) oponiéndose a los principios de la Ilustración, consecuencia de la profunda crisis social de un mundo en acelerado cambio. El declive de los valores tradicionales, la despersonalización del individuo ante la masa, el auge del materialismo..., condujeron al rechazo de la nueva realidad bien añorando un pasado perdido, bien reivindicando un progreso que tuviera un modelo social más humano.

                Como movimiento estético supuso una reacción contra el Neoclasicismo, internacional y racionalista. Se rompe con las reglas y con la moderación y el buen gusto: los románticos mezclaron los géneros, combinaron prosa y verso en muchas obras, recurrieron a la polimetría en la lírica y en el teatro, rompieron con las tres unidades dramáticas y mezclaron de nuevo, tanto en novelas como en dramas, lo trágico con lo cómico.

El subjetivismo y el individualismo adquieren categoría de dogma, En las obras se expresa el alma exaltada del autor, cuyas ansias infinitas chocan con los límites que les impone la realidad circundante. El genio creador se impone por encima de todo.

Se defiende el instinto, la intuición y la imaginación como formas de conocimiento, ya que la razón es incapaz de descubrir la esencia de la vida (irracionalismo). Se busca la soledad, el aislamiento, la lejanía: evasión hacia un mundo ideal, gusto por la Edad Media, el elemento mágico y maravilloso, presente en casi todas las leyendas, lo mismo en prosa que en verso (ej: Maese Pérez, el organista de Bécquer o A buen juez, mejor testigo de Zorrilla).

El paisaje se convierte en la proyección espiritual del poeta: se exaltan las ruinas, la nocturnidad, lo tormentoso y sepulcral, lo triste y melancólico.

                Es frecuente el contraste entre lo feo y lo desagradable  y la exaltación de la mujer y del amor. Este choque ocasiona un tremendo desengaño, una decepción que se traduce en el suicidio (como Larra) o en esa desesperación y melancolía.

En oposición al internacionalismo dieciochesco, el Nacionalismo reivindica el concepto de pueblo como entidad espiritual. Se exalta lo peculiar de cada país, y fruto de ello serán el costumbrismo.

                El Romanticismo en España es impulsado e introducido de manos de los emigrados en Europa que huyeron durante la época absolutista como Ángel Saavedra, Espronceda o Martínez de la Rosa. El apogeo del Romanticismo español comprende los años que van desde 1834 a 1850.

 

EL ROMANTICISMO EUROPEO.

 

Destacaremos a los cuentos de E.T.A. Hoffman y la obra de Goethe en Alemania; la poesía de Byron, de Shelley y la obra en prosa de Walter Scott o Mary Shelley, en Inglaterra; en Francia, en especial Victor Hugo  y Alejandro Dumas.

 

ROMANTICISMO ESPAÑOL.

POESÍA.

La libertad y el rechazo a las normas convierten la poesía lírica en el mejor vehículo de expresión del yo romántico. Sus temas habituales son la melancolía o el hastío y el tono pesimista y desalentado, o, por el contrario, la exaltación y la protesta contra las normas sociales o contra la vida misma. Sus ambientes preferidos son la noche, los lugares apartados, los cementerios, el mar embravecido, la tormenta.

En cuanto a la métrica: polimetría y combinación de distintos metros y estrofas en el mismo poema. Fundamental será también la adopción de un lenguaje simbólico (por ejemplo, las desilusiones se comparan con las hojas caídas de los árboles), la búsqueda de imágenes nuevas diferentes a los tópicos clasicistas, y el uso de expresiones y palabras llamativas por su sonido, por su significado, por ser poco frecuentes o demasiado vulgares y poco "poéticas" ”( piélago, aquilón, fulgor, harapo...). Abundan también las exclamaciones e interrogaciones retóricas en correspondencia con la exaltación sentimental.

Pero no fue la poesía lírica la que gozó de más éxito en este período, sino la llamada poesía narrativa. El verdadero lirismo romántico se dará en la poesía española más tarde que en los demás géneros con las figuras de G.A Bécquer y Rosalía de Castro (ya en la segunda mitad). En esta época destacan como cultivadores de la poesía lírica el Duque de Rivas, Martínez de la Rosa, Gertrudis Gómez de Avellaneda... pero sin duda el poeta que más se ha valorado en la historia literaria es José de Espronceda.

 

José de Espronceda (1808-1842)

Fue un joven rebelde, inconformista y defensor del liberalismo de cuya vida cabe reseñar su relación amorosa con Teresa Sancha, una mujer casada que murió joven y que dejó una honda huella en el poeta.

Dos son los poetas extranjeros que influyeron fuertemente en Espronceda: Ossian y Lord Byron.

La base más sólida de la fama de Espronceda la constituyen sus cinco Canciones (Canción del pirata, El canto del cosaco, El mendigo, El reo de muerte, El verdugo) junto con sus dos poemas largos: El Estudiante de Salamanca y El diablo mundo.

Las Canciones.

Destaca el inconformismo y la rebeldía ante una sociedad que está podrida, por eso busca la libertad al margen de las estructuras establecidas. Las cinco figuras (pirata, cosaco, mendigo, reo de muerte o verdugo) son creaciones simbólicas de su ideal de libertad.

El Estudiante de Salamanca

Es una leyenda fantástica de contenido simbólico. Se ha señalado la influencia de L. Byron y de Tirso de Molina para la creación del personaje del poema, Don Félix de Montemar, insolente y vanidoso que pasa la vida entre amores y juego, desafiando a hombres y cortejando a mujeres a las que después abandona sin ningún remordimiento

El diablo mundo

Es un extenso poema inconcluso simbólico-filosófico que consta de una Introducción y seis Cantos, de los que destaca por su belleza el Canto II, Canto a Teresa, elegía por la muerte de Teresa Sancha (con la tuvo un hijo y que luego lo abandonó), y por el fracaso vital, del que es el amor la más exacta cifra, la elegía a la juventud y los placeres perdidos. Recoge los temas típicos de la tradición elegíaca como el ubi sunt y el carpe diem. En El diablo mundo expresa el autor su rebeldía contra el mundo, el vivir agobiado por la edad y amargado por las experiencias.

 

Pasado ya el movimiento romántico en Europa y cuando dominan otras tendencias artísticas, aparecen en nuestro país las mayores figuras del romanticismo español: G.A. Bécquer y Rosalía de Castro.

 

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

Fue redactor del periódico El Contemporáneo, en el que publicó muchas de sus leyendas, tradujo obras de teatro. Sintió devoción por el pasado. Destacaremos de su  poesía las Rimas y de su obra en prosa las Leyendas.

Las Rimas

Muestran un proceso que va de la ingenuidad a la decepción. Sus poesías son breves,  con pocos  recursos retóricos, prefiere la rima asonante, domina el endecasílabo y del heptasílabo. Concilia  la poesía culta y popular. Bajo la aparente sencillez se esconde una gran elaboración. Logra la apariencia de una poesía confidencial en tono de conversación íntima entre el lector y el poeta. Se le puede considerar antecedente del Simbolismo ya que más que describir alude a ideas y sentimientos interiores mediante vocablos que designan realidades exteriores.

Suelen dividirse temáticamente en cuatro partes:

Rimas I-XI: suponen una reflexión sobre la misma poesía y el fenómeno espiritual de la creación literaria.

Rimas XII-XXIX: el poeta trata del amor y de sus efectos en el alma (exaltación amorosa). El amor aparece identificado con la mujer, que es la expresión máxima de la belleza, pero que es un ideal porque es inaccesible, un misterio que se desvanece o un sueño.

Rimas XXX-LI: se centran en la decepción y el desengaño.

 

 

Rimas LII-LXXIX: es el grupo más variado y recoge la depuración última de la experiencia vivida por el poeta, solo frente al mundo y a la muerte. El sentimiento dominante es el dolor y la angustia que se proyecta sobre la condición humana, la muerte, la pregunta por la inmortalidad.

 

La obra en prosa: Leyendas

Son veintiocho relatos cortos de carácter fantástico y ambientación romántica. En ellas tratará temas como la mujer ideal y el amor imposible (El rayo de luna), lo exótico (El caudillo de las manos rojas), el ansia del amor absoluto... Sus dos temas centrales son la fuerza del amor y la presencia en la vida cotidiana de lo sobrenatural y maravilloso. Ambos expresan la insuficiencia de la razón para comprender el mundo, ya que la realidad no es racional. Sitúa las leyendas en un tiempo lejano (suele remontarse a la Edad Media), aludido vagamente. Los espacios son naturales o ámbitos sagrados, es decir, lugares no contaminados por la razón o la civilización. Los personajes están aprisionados en su falta de fe, en su orgullo o en su vanidad, y la única salida es la conversión o el infierno.

Destacan entre otras: El rayo de luna, El monte de las ánimas, Los ojos verdes, El beso, Maese Pérez el organista...

 

Rosalía de Castro (1837-1885)

Abandonar su Galicia natal produjo en ella un sentimiento de profundo desarraigo. Sintió hacia Castilla un resentimiento tanto social como estético. Como Bécquer, escribe una poesía intimista, une lo culto y lo popular, busca la expresión natural y sencilla de los sentimientos y tiene preferencia por la asonancia. Pero ella se hace portavoz de los temas del proletariado gallego, expresando con gran lirismo y economía de recursos poéticos la miseria, el desempleo y la crisis que conducen a la tragedia de la inmigración. Escribió en gallego sus Cantares gallegos y Follas novas. De su producción es castellano destaca como la mejor En las orillas del Sar, en la que domina, como en sus obras gallegas, el dolor, aunque ahora provocado por el desengaño y la pérdida de las primeras ilusiones.

Cantares gallegos (1863) es su primera gran obra y en la que intenta dar a conocer su tierra. Hay en ella un tono alegre que no volverá a repertirse.

Follas novas (1880) une poemas subjetivos en la que destaca la desolada visión de la con poemas  de carácter social, con el tema de la emigración de fondo.

En las orillas del Sar ((1884) desaparece el mundo exterior y se centra más en su propio espíritu. La naturaleza le sirve para expresar sus sentimientos (soledad, dolor, nostalgia). Su visión del mundo es de extremada desolación.

Cabe destacar en esta autora sus innovaciones métricas, y en el estilo busca la sencillez,  no abusa de la metáfora y emplea numerosas comparaciones. El recurso más usado es el símbolo, junto a repeticiones y contrastes. Destaca la naturalidad con que se refiere a lo extraordinario.

 

 

TEATRO

El género que realmente contribuye al éxito del Romanticismo en España es el teatro, siendo el  principal género el drama, que refleja la complejidad de la vida con su variedad de clases sociales, mezcla del lenguaje coloquial y culto, de penas y alegrías.  Tienen una características comunes:

la ruptura con el Neoclasicismo impone la libertad como principio creador:  mezcla de  los géneros dramáticos, de la prosa (escenas narrativas) y el verso (escenas líricas), ruptura de las unidades de espacio, tiempo y acción., se amplían los lugares escénicos (predilección por paisajes solitarios, tormentas, mazmorras...) y la acción se desarrolla siempre en épocas pasadas, con preferencia por la Edad Media.

El drama romántico se divide en jornadas, que suelen ser cinco, y éstas a su vez en escenas. Las jornadas suelen llevar títulos, que resultan a veces muy efectistas (ej, en Don Álvaro o Don Juan Tenorio.)

Los rasgos definitorios del héroe son el misterio (origen desconocido) y la pasión fatal, con algo de angélico y diabólico. La heroína romántica es un ser divinizado capaz del mayor sacrificio y heroísmo y predestinada, desde el momento en que ama, a la muerte. Alrededor de ellos los demás personajes parecen existir para oponerse al cumplimiento del amor de la pareja protagonista, o para asistir impotentes a la catástrofe final.

                Los temas predilectos serán el amor, que se desarrolla en complejas tramas argumentales, y el sino, que viene impuesto por una serie de casualidades e infortunios que conducen a los personajes a la tragedia final.

Algunos títulos son: La conjuración de Venecia, Martínez de la Rosa (1834); Macías, Larra (1834); El Trovador, García Gutiérrez (1836); Los amantes de Teruel, E. Hartzenbusch (1837); Don Álvaro o la fuerza del sino, Duque de Rivas (1835), que  incorpora los grandes temas del Romanticismo: el hombre marginado, el amor, la superstición, el pesimismo, la melancolía, la incorporación del lenguaje cotidiano... por encima de todos, la fuerza del destino que se impone a la voluntad del hombre; y Don Juan Tenorio, Zorrilla(1844), que es la obra más representativa del teatro romántico junto con Don Álvaro. El autor retoma el tema del libertino que recupera la fe y consigue la salvación gracias al amor.

 

PROSA

Se desarrolla un entramado editorial que multiplica las publicaciones periódicas y hace rentable la publicación de fragmentos de obras extranjeras y la crítica literaria. Nace la figura del redactor o colaborador periodístico y los escritores comienzan a poder vivir de su trabajo en prensa.

El género más representativo de la prosa romántica es la novela histórica. Las principales producciones del género son El doncel de don Enrique el Doliente, de Larra y Sancho Saldaña de Espronceda. Los protagonistas son personajes de segunda fila o inventados. El narrador es el principal elemento estructurador de la obra e interviene constantemente en el relato: recuerda datos históricos al lector, aclarando la interpretación... El lenguaje está lleno de arcaísmos en consonancia con la época en que se sitúan.

También se publican novelas sentimentales o de terror.

A mediados de siglo comienzan a publicarse novelas por entregas que incrementan la masa de lectores, principalmente de público femenino.

Vinculado también a la prensa periódica se desarrolla el género literario en prosa que llamamos costumbrismo en los artículos de costumbres. Se retratan personajes o situaciones y costumbres característicos de la vida colectiva en España. Se suelen distinguir dos variantes del artículo de costumbres: de tipo, si pintan personajes, y de escena si pintan situaciones. El costumbrismo que domina es conservador (a excepción de Larra) y su finalidad es presentar lo propio español desde la nostalgia: se pretende recordar las costumbres que se están perdiendo. En estos textos se unen narración y descripción.

Los principales autores de este costumbrismo conservador son Estébanez Calderón, que recreó una Andalucía pintoresca en sus Escenas andaluzas, y Mesonero Romanos que se dedicó principalmente a retratar el Madrid de la época con gran detallismo es sus Escenas matritenses. Su observación de lo cotidiano influirá en la creación de ambientes de la novela realista, que será el género más importante surgido en el siglo XIX.

Frente a ellos, Larra muestra un tono progresista en sus con una finalidad reformadora de los males de la patria. España es el tema central de su obra crítica y satírica, pero su rebeldía melancólica le irían llevando a la autodestrucción provocada por un alejamiento cada vez mayor entre su interior y el contexto social.  Utilizó seudónimos como Fígaro, El Pobrecito Hablador, El Duende Satírico del Día...

En cuanto al estilo, suele ser claro, directo, evidente, muy gráfico y sencillo. Utiliza mucho la caricatura, las enumeraciones caóticas y la ironía (como mecanismo principal para desvelar apariencias). Contribuyó a crear una lengua moderna liberada de adornos gastados que no significaban nada.

Nos dejó mas de doscientos artículos, que se suelen clasificar en tres grupos:

-Artículos de crítica literaria y cultural, en los que trata sobre la libertad de expresión, la censura y la incultura. Pide utilidad en literatura no sólo forma. Gran preocupación por le teatro de su tiempo del que tenía una visión muy negativa (malas condiciones de los locales, poca ayuda del estado, fallos de dirección de los autores...).

-Artículos de costumbres y de crítica social: se aleja de sus contemporáneos Mesonero Romanos y Estébanez Calderón, que crean definitivamente el cuadro de costumbres, pero que se limitan a pintar, a describir, unos cuadros alegres, agradables a la lectura y a la vista de lo que hacen imaginar, pero vacíos, sin intención ulterior alguna. Larra no busca agradar sino corregir y educar, en ningún caso intenta divertir ni describir lo pintoresco simplemente, ni se contenta con hacer reír al lector. Utiliza una sátira aguda e hiriente, con intención de avispa (aunque sea para corregir defectos y debilidades de comportamiento), con una patriótica ansiedad de reformador de su propio país. La labor del escritor satírico ha de ser trascendental y con una función regeneradora. Entre los vicios nacionales que le irritan y preocupan destacan la pereza, la hipocresía, la brutalidad y el retraso de España, a la cola del resto de Europa, por lo que reclama una educación básica y fundamental para el pueblo. En ningún caso personaliza: crea un tipo risible y caricaturesco,con la intención de que, quienes pudieran parecerse a este prototipo irrisorio, se corrigieran los defectos.

-Artículos políticos. Son escritos de agudísimo ingenio, aunque para muchos críticos, predomina en ellos una calidad y un valor extraliterarios. Hay que destacar el valor y la arrogancia de un escritor que, a veces con velada ironía, a veces de cara, comenta la mediocre política de su tiempo en una época confusa, de censura absolutista y en la que podía exponerse incluso la vida. La verdad y la razón son dos de los temas que más le preocupan.

Artículos más importantes: “El café”, “El casarse pronto y mal”, “El castellano viejo”, “Vuelva usted mañana”, “La Nochebuena de 1936”, “Los amantes de Teruel”...

 

 

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